Este jueves 21 de noviembre se convoca una movilización masiva en la República de Colombia. Lejos de simplemente condenar el descontento y los casi seguros actos vandálicos, invitamos a la reflexión. Es un hecho que la izquierda empieza a tener mayor aceptación social en un país conservador, arrebatándole sectores sociales a la derecha.
El gobierno por su parte demuestra que gobierna para los usureros y no para la sociedad, amarrando a la población que aún le cree en él por el miedo al comunismo, y busca culpables externos (Foro de São Paulo), mientras hace la vista gorda de los problemas que él mismo ha causado.

En su maniqueísmo, tanto liberales como socialistas fueron fervientes opositores a la abstención –quizás se oponían a ella más que a su propio contendiente electoral-, argumentando que, frente a un mal mayor había que votar a un mal menor, sin medir las consecuencias de lo que se elige ni mucho menos advertir que es el propio sistema partitocratico el que resulta ser el problema.
¿Qué obtuvimos de parte de la victoria de los liberales por encima de los socialistas?; Un presidente débil e inepto frente a los distintos problemas que han planteado las circunstancias políticas de aquí a un tiempo. Resulta curioso que, el candidato de un partido que se proclama defensor del orden sea el que permita la subversión y la histeria colectiva; histeria que, en cierta forma es también una reacción frente al paradigma actual, que sostiene un sistema injusto, materialista y ateizante. Aun tomando en cuenta que hay ciertas reclamaciones que son legítimas, lo cierto es que el gobierno no debería permitir que estas proclamas sean monopolizadas por la izquierda, que a la hora de la verdad, no lucha contra el sistema vigente, sino que sólo busca ser el nuevo beneficiario del botín.
Todo lo descrito anteriormente se cristaliza en la situación actual. Mientras el presidente Iván Duque inaugura su nuevo programa de televisión, todas las organizaciones de carácter de izquierda anuncian un paro nacional para este 21 de noviembre, que además de prometer grandes movilizaciones de masas, plantea generar multitudinarias marchas de carácter, en algunos casos, explícitamente violento, proclamando que la intención es la renuncia del presidente; de hecho, la cuestión llega a una magnitud tal, que múltiples sectores promotores de la movilización afirman que su objetivo último es imitar la situación presente de países como Chile, donde el caos y la subversión están a la orden del día.

¿Por qué resulta peligroso y problemático el panorama actual?: La bomba de tiempo estalló, y a nuestro presidente se le salió de las manos la situación que por tanto tiempo pretendió ignorar; lo que anuncian los promotores de la subversión resulta escalofriante, ya que, como bien sabe cualquier persona que esté informada acerca de la situación en Chile, en aquel país las Iglesias están siendo profanadas, saqueadas y quemadas cual revolución bolchevique, sin mencionar la destrucción del pequeño y mediano comercio que da sustento a la clase baja y la clase media que tanto afirman defender los revolucionarios. Si se piensa por un momento lo que significaría el traspaso de dicha situación a la actual Colombia, la verdad es que valdría preguntarse por cuánto tiempo podríamos resistir, tomando en cuenta que a diferencia de otros países donde lo que existen son partidos izquierdistas cuya única forma de ejercer fuerza es mediante hordas de militantes que no representan un peligro por sí solos, en Colombia existen grupos armados al margen de la ley de carácter revolucionario que por años han anhelado conquistar el poder por la vía violenta.
Invitamos a todos los lectores a hacer una oración por la paz en nuestra Patria. Nos encomendamos a Nuestra Señora de Chinquinquirá, para que interceda por nosotros ante Dios, y por su infinita gracia, sea restaurado el Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo, aplastando a todos los enemigos de Dios y la Patria; porque solamente se podrá instaurar el verdadero orden y la verdadera paz si se hace en Cristo, tal y como lo dijo en el pasado el papa San Pío X; «Instaurare omnia in Christo».